Tienes dos días para terminar de prepararte, y aún sientes que la información no esta completa, no esta organizada, algo falta.. pero la verdad aun no hay mucho stress porque el tiempo ya presionará suficientemente.

Ahora falta un día y probablemente comiences a idear cuales palabras saldrán de tu boca al momento de comenzar. Pero el hecho de preparar un discurso suena un poco intimidante, así que lo dejas a un lado... al final, aun falta un día para que te veas frente a ese reto de expresar tus ideas y tu trabajo.

¿Qué son 30 min? Es bastante, aún las ideas no necesitan estar muy organizadas, tan sólo saber que lo que vas a decir es tan tuyo como la sangre que corre a gran velocidad por tus venas, haciendo que de cierta forma te sientas abrumado y los nervios comiencen a afectarte.

La gente frente a ti, de cierta forma esperando que muestres alguna señal de humanismo, que estes asustado, nervioso, o extremadamente seguro, por lo cual seguramente te envidiarían "Como muestra tanta seguridad antes de dirigirse a nosotros para hablar"... Luego te das cuenta que al pensar en ello, pierdes el poco tiempo que tienes contigo mismo para prepararte...

Solo 5 min y comenzará, mientras tratas de encontrarte contigo mismo para que ese otro Yo te diga: "Si vale, claro que estas listo"... Pero mientras piensas en lo tonto y ridículo que es estar pensando en esa escena, te pasan otros tres minutos y ya es casi momento de arrancar con una introducción que será la más espontánea posible, saldrá de un interior.

Tres segundos antes de levantar la cara, sonreir y enviarle señales a quien maneja las diapositivas, piensas en esto que una vez te dijeron "Sabes que estas listo apenas dos segundos antes de comenzar" y de pronto una extraña fuerza impulsa tus palabras desde el cerebro, encontrándose con tus emociones de logro para comenzar a armar la primera frase: "Muy buenas noches"