Piensa cuando te despiertas en las mañanas... Esos rastros inminentes de crudos e inocentes reflejos. Pensamientos limpios.

Piensa cuando movilizas tu mente para dar órdenes a tu cuerpo, acciones guiadas por naturales impulsos que nacen y te acompañan... Eres lo que piensas, eres lo que haces.

Piensa en las ideas y las preguntas, de donde parecen provenir llamados prohibidos de nuevas emociones, alejadas de estructurados comportamientos. Somos libres.

Piensa en quienes esperan verte este día, quienes dependen de tus acciones y a quienes tu mismo proporcionarás destellos de motivación, por tan solo ser parte de su rutina tan necesitada. Somos la enfermedad y también la cura.

Más alla de toda esta realidad, hacia extremas dimensiones laterales.. Construimos espacios nuestros que de alguna forma enlazan los días uno a uno y nos mantienen activos... Existe un cielo horizontal que se vive a diario..

Piensa en aquello que elevas y mantienes arriba, con extremo cuidado y conservándose en esencia... Pero que a medida que evoluciona el tiempo, las realidades se separan.. Aquel cielo nunca estará bajo nuestros pies, manteniéndolos firmes.

No un cielo alto e irreal, pero si un cielo racional hecho de piel, sensaciones y energías... Impulsos, aromas y suspiros.