Existe una gran caja donde tengo dentro miles de historias, unas reales otras no mucho, tengo perspectivas, ideas, sensaciones, pasiones, defectos, motivadores, energías, preguntas, caminos, sueños y personas. Personas que tienen funciones especificas que cumplir por tenerlas allí en mi caja.

Son varias las que han pasado por allí; muchas se han ido, otras se han quedado mas tiempo. Pero contadas las que han mantenido sus funciones activas a pesar del tipo de relación que mantenga con ellas.

Unos trabajan en el área de bienestar ligero: personas que proporcionan en el día sonrisas y un estado de animo quizás tranquilo al compartir pocos y cortos momentos conmigo. Personas con las cuales no tenga una verdadera amistad, pero que considero importantes para mi entorno.

Otros son los que crean perspectivas alternas: personas que de forma muchas veces indirecta, integran nuevas formas de analizar u observar lo que sucede dentro de mi caja, de las cuales extraigo fortalezas para complementar mis bases con respecto a lo que siento esta bien en mi.

Unos pocos sirven de experimentos aleatorios: personas que no saben están en mi caja, pero que a través de sus formas de vida, sus acciones decisiones y errores, acumulo herramientas capaces de proporcionar un poco de guías a mi pensamiento.

También tengo personas que tienen mucho tiempo en la caja, y me gusta referirme a ellos como míos: son Mis personas. Contados, pero presentes. Son los que me sostienen cuando parece que la caja se viene hacia mi y me quedo sin palabras o poder mental para sujetarme y salir bien del hueco. Personas a las que les debo mucho, y sin quienes esta caja no se mantendría de pie.

Y por último esta esa persona que da vida y color a toda la caja, otorgando felicidad, a veces miseria pero en conjunto mucho aprendizaje y con quien mantengo esa armonía allí dentro. Aquél que sostiene y ha mostrado como sostener toda esta estructura magnífica que hoy represento.

Todos y todas personas que funcionan conmigo y para mi.